Hola días verdes

En una tranquila tarde de primavera, Mikage y Nanahoshi caminaban juntos por el campus universitario. El viento mecía suavemente las ramas de los árboles, creando una atmósfera serena y romántica. De repente, Nanahoshi se detuvo y tomó la mano de Mikage, mirándolo fijamente a los ojos. "Creo que ha llegado el momento", dijo Nanahoshi con voz suave pero firme. Mikage se quedó sin palabras, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Sin previo aviso, Nanahoshi se arrodilló frente a él y sacó un pequeño estuche de terciopelo negro. Con manos temblorosas, abrió el estuche para revelar un par de anillos brillantes. "Mikage, ¿quieres casarte conmigo?", preguntó Nanahoshi con una sonrisa nerviosa. Mikage estaba en estado de shock, sin poder articular una respuesta. ¿Casarse? ¿Cómo podía ser posible que Nanahoshi le propusiera matrimonio tan repentinamente? Mientras Mikage luchaba por encontrar las palabras adecuadas, una multitud de pensamientos invadió su mente. ¿Realmente quería casarse con Nanahoshi? ¿Estaba listo para dar este paso tan importante en su relación? La confusión y la emoción se mezclaron en su interior, creando un torbellino de sentimientos encontrados. Finalmente, después de un momento de silencio tenso, Mikage tomó una decisión. Con determinación en sus ojos, se arrodilló junto a Nanahoshi y tomó su mano, mirándolo directamente a los ojos. "Nanahoshi, no sé si estoy listo para casarme, pero sé que quiero pasar el resto de mi vida contigo", dijo Mikage con voz firme. Las lágrimas brotaron de los ojos de Nanahoshi, mientras una sonrisa radiante iluminaba su rostro. Juntos, se abrazaron con fuerza, sabiendo que su amor era verdadero y que juntos podían superar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.